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miércoles, 27 de abril de 2011

239. OVIEDO** (I), Asturias: 28 de junio de 2006.

1. OVIEDO, Asturias. Vista general del Palacio del Marqués de San Féliz.

2. OVIEDO, Asturias. Portada del Palacio del Marqués de San Féliz.

3. OVIEDO, Asturias. Plaza del Fontán.

4. OVIEDO, Asturias. Otra vista de la Plaza del Fontán.

5. OVIEDO, Asturias. Torre de la Igl. de San Isidoro.

6. OVIEDO, Asturias. Arco del Ayuntamiento.

7. OVIEDO, Asturias. Ayuntamiento.

8. OVIEDO, Asturias. Exterior de la Igl. de San Isidoro.

9. OVIEDO, Asturias. Portada de la Igl. de San Isidoro.

10. OVIEDO, Asturias. Torre de la Universidad.

11. OVIEDO, Asturias. La Universidad.

12. OVIEDO, Asturias. Portada de la Universidad.

13. OVIEDO, Asturias. Arco del Rectorado de la Universidad.

14. OVIEDO, Asturias. Palacio del Conde de Toreno.

15. OVIEDO, Asturias. Portada del Palacio de Camposagrado.

16. OVIEDO, Asturias. Lateral del Palacio de Valdecarzana.

17. OVIEDO, Asturias. Palacio de Valdecarzana.

18. OVIEDO, Asturias. Casa-palacio de la Rúa del Marqués de Santa Cruz.

OVIEDO** (I), capital de la provincia y de la comunidad: 28 de junio de 2006.
   La capital del Principado de Asturias, situada en el centro geográfico de la comunidad autónoma, es una ciudad eminentemente administrativa, comercial y universitaria, aunque no debe olvidarse su importante tejido industrial. Cuenta con un rico legado legado histórico y artístico, en el que destacan los vestigios prerrománicos, que la convierten en punto ineludible a la hora de conocer uno de los fundamentos de la arquitectura europea. Dotada de un fuerte dinamismo cultural y científico, afronta actualmente las serias consecuencias de las reconversiones promovidas en los últimos años, que afectan al conjunto del Principado (pesca, minería, lácteos).
Oviedo antiguo
   Un buen recorrido para conocer el casco antiguo, con parada en los puntos que más interesan, es el que lleva desde la plaza de Daoíz y Velarde hasta la plaza de Alfonso II el Casto o de la Catedral. Decir Daoíz y Velarde es casi como decir El Fontán, pues esta segunda y bulliciosa planta rectángular, de viviendas edificadas sobre soportales (en donde habrá ocasión de adquirir algún recuerdo artesanal, y en cuyos aledaños bien puede uno desayunar un bollu o una tapa, como primera providencia), está adosada a la anterior.
   En Daoíz y Velarde está la Biblioteca municipal y hubo antaño un corral de comedias. La gran fachada dominante es la del palacio del Marqués de San Féliz, del siglo XVIII, y de planta casi cuadrangular. Es el más grande de los palacios ovetenses (su patio interior pasa por ser una de las mejores realizaciones del arquitecto Francisco de la Riva) y tiene una interesante colección de pintura.
   Saliendo del Fontán por la calle del Fierro se desemboca en la plaza de la Constitución. La Casa Consistorial o Ayuntamiento fue destruida durante la guerra civil, pero la fachada es la original, de 1662 (con algunas modificaciones de los siglos XVIII y XIX). El arco central, del siglo XIII, perteneció a la antigua puerta de la ciudad y marca los antiguos límites amurallados. Da acceso a la calle de Cimadevilla, y de allí a la famosa Rúa (dos calles que son una sola, bulliciosa y comercial, y en donde puede respirarse, mejor quizá que en ninguna otra parte, el espíritu decimonónico de la Vetusta de Clarín). La Rúa desemboca directamente en la plaza de Alfonso II, pero se puede dar un pequeño rodeo y, en vez de entrar por el arco, subir por la calle del Peso (a la izquierda de la plaza, arranca de la iglesia de San Isidoro, fundada a finales del siglo XVI por los jesuitas, y cuya imponente torre ha presidido nuestro breve trayecto por la calle del Fierro), y llegar así a la plaza de Riego, y de ahí a la calle de Ramón y Cajal (antiguamente llamada de la Picota, porque pasaban por ella los reos de la Inquisición).
   Todo un lateral de esta calle, hasta su confluencia con la de San Francisco, lo ocupa una de las sobrias fachadas renacentistas de la Universidad. Hasta hace poco, se impartían en ella clases de Derecho, pero actualmente está destinada a servicios centrales. Basta con asomarse para ver en su claustro el monumento a su fundador (obra del escultor Folgueras), el famoso Inquisidor General de Felipe II, don Fernando de Valdés Salas, asturiano. Iniciada su construcción en 1534, se concluyó en 1608. Durante la revolución de 1934 fue totalmente destruida: quedaron en pie sólo los muros, y ardieron la Biblioteca, el Museo de Historia Natural y numerosos cuadros y otras obras de arte. Anejo a la Universidad, en la calle de San Francisco, está el pequeño y armonioso edificio del Rectorado, con fachada de la segunda mitad del siglo XVI. La calle de San Francisco es la arteria que une el casco viejo, o barrio de Cimadevilla, con el ensanche moderno.
   Dejándola a la izquierda, entramos directamente en la plaza de Porlier, ajardinada, donde se alzan dos palacios: el palacio del Conde de Toreno, sede actual del Instituto de Estudios Asturianos, construido a finales del siglo XVII, y el palacio de Camposagrado, de principios del siglo XVIII, hoy Audiencia Territorial (es Monumento Nacional, y se atribuye al mismo arquitecto que el del marqués de San Féliz, el santanderino Francisco de la Riva).
   Desde ahí se accede a la plaza de Alfonso II el Casto, inconfundible por la impresionante fachada gótica de la Catedral.
   El noble edificio que queda a la izquierda es el palacio de Valdecarzana, con su fachada dieciochesca y su escudo, que desafía la elegante sobriedad del entorno.
   A la derecha sale la Rúa, al fondo de la cual, abajo, puede verse la parte posterior del Ayuntamiento y el arco de Cimadevilla.
   También puede contemplarse la pequeña y armoniosa fachada de la casa-palacio de la Rúa del Marqués de Santa Cruz: del siglo XV, es el más antiguo de los palacios conservados.

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